Por José Calero
La elección llegó con mejora económica y dudas políticas
El sector empresarial espera que Mauricio Macri se decida a ir a fondo con reformas estructurales pero las dificultades se potenciaron con el fuerte impacto del caso Maldonado, que aún tiene final abierto
22 de octubre de 2017
El Gobierno logró el objetivo de llegar a las elecciones con una recuperación en casi todos los sectores, pero los principales actores del mundo económico reclaman acelerar reformas estructurales que consideran cada vez más imprescindibles.
Pero el panorama optimista se nubló por el impacto de la confirmación de la muerte del artesano Santiago Maldonado, tras permanecer desaparecido durante 78 días.
La variable clave sobre la cual existía más dudas, la industria, terminó de confirmar su recuperación en agosto.
La UIA informó que en ese mes la actividad fabril creció 3,4%, pero el dato más relevante fue que ya logró revertir la caída que venía mostrando en el año.
En los primeros ocho meses del año, la producción industrial logró acumular una mejora del 0,5%, en buena medida por el fuerte repunte de la construcción y la obra pública.
El boom de créditos hipotecarios contribuye a darle oxígeno a esa mejora económica.
Pero hay sectores que no remontan: el bloque de sustancias y productos químicos se contrajo 3,2% interanual, mientras la actividad textil se contrajo 5,5%.
"Parece detenerse la tendencia negativa que se inició a fines de 2013 y al cierre de 2016 había acumulado una caída de la actividad industrial de 18,8%", destacó el reporte.
Un sector que no se recupera es el de las exportaciones a Brasil, que cayeron casi 4% en agosto.
Eso explica, en parte, que el rojo comercial con el gigante del Mercosur ya acumule casi 6.000 millones de dólares.
En este escenario, otro punto débil de la marcha de la economía es la inflación.
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, reconoció lo obvio, cuando dijo que la meta de inflación del 17% no se pudo (ni se podrá) cumplir, aunque destacó que se mantiene la tendencia a la "desaceleración de los precios".
El jefe del Central pidió dar vuelta la página y pensar en cómo cumplir el objetivo fijado para el 2018, del 10% promedio.
Ante el optimismo económico, la pregunta, al menos para los inversores y hombres de negocios, es en qué grado se avanzará con las "reformas estructurales".
Mauricio Macri prometió reformas, empezando por la tributaria: para el experto César Litvin, en el país existe una "altísima presión fiscal, y aún así no alcanza para cubrir el gasto público, que se ha desbordado. A esto le decimos frazada corta".
Precisó que la presión fiscal está por encima del 40% del PBI, y dejó un dato que el gobierno debería tener en cuenta: en los últimos 30 años, cada vez que aumentó la presión fiscal, aumentó el gasto.
La otra pata de la mesa de las reformas es seguida con lupa por el sector privado.
Esperan que Macri se decida a ir a fondo con la readecuación del mundo del trabajo a los nuevos tiempos.
El presidente responde que su idea es avanzar evaluando a fondo sector por sector, pero continuará con su estrategia de gradualismo.
Una suerte de "paso a paso", al estilo "Mostaza" Merlo, que todavía despierta cierto recelo entre los inversores.