La presidenta, que durante su segundo mandato gobernó como si no hubiese un mañana, hizo uso y abuso del Banco Central, que tiene patrimonio negativo y quedará con pocos dólares. Preocupación de candidatos
La sospecha de que Cristina Fernández dejará exhaustas las reservas del Banco Central cuando se vaya el 10 de diciembre próximo ya no sólo es motivo de preocupación entre candidatos de la oposición, sino que empieza a inquietar al propio Daniel Scioli.
El candidato presidencial con más chances de acceder al poder viene trabajando en ese tema desde hace varios meses, a través de distintos asesores, en especial Mario Blejer, expresidente del BCRA durante el gobierno de Eduardo Duhalde.
Por eso, al presentar su plataforma económica en el teatro Opera, buscó calmar a los mercados prometiendo atraer unos 30.000 millones de dólares anuales durante su mandato.
Scioli no explicó la estrategia que utilizará para lograr ese objetivo, aunque a esta altura ninguno de los candidatos brinda demasiadas precisiones sobre cómo salir de la encrucijada económica que padece la Argentina, sólo alimentada en forma artificial por emisión monetaria sin respaldo.
Pero a los agentes del mercado les cayeron bien las palabras del candidato, porque consideran que esa llegada de capitales es la única salida que tiene el país para intentar salir del cepo cambiario, tal vez la medida que más daño le hizo a la economía durante el segundo mandato de Cristina.
En cambio, dudan sobre hasta qué punto el ministro de Economía, Axel Kicillof, juega a favor de esas posibilidades, ante su diatriba constante anti-mercados.
A tal punto llegó ese trascendido, que el propio Kicillof hizo publicar aclaraciones en la agencia oficial de noticias, en las cuales rechazó de plano mantener diferencias con el equipo económico de Scioli, algo de lo que a esta altura el mercado empieza a estar convencido.
Quienes toman decisiones millonarias, muchos de los cuales se reunirán entre el 14 y el 16 de octubre próximos en Mar del Plata en el Coloquio de IDEA -donde expondrán Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa y Margarita Stolbizer-, están desorientados sobre el camino a seguir.
Sólo tienen la certeza de que en caso de triunfar en primera vuelta el 25 de octubre, muy probablemente esa misma semana el gobierno clausure la posibilidad de comprar dólares para ahorro, una medida rechazada de plano por el economista por estas horas más cercano a Scioli, Miguel Bein.
También creen que el recargo del 35% que se aplica a las compras en dólares en el exterior podría aumentarse, porque los economistas del candidato oficialista consideran un absurdo seguir financiando la sangría de divisas para personas de alto poder adquisitivo, que fue récord en septiembre.
Pero el gran interrogante continúa siendo con qué herramientas concretas contará la próxima administración para maniobrar en medio de tantas inconsistencias.
Este lunes, el Tesoro hará frente al pago de 5.900 millones de dólares del BODEN 2015 y, de no mediar un milagro, las reservas caerán a 26.500 millones.
En el Gobierno son optimistas en conseguir un nuevo swap con China que permita ingresar U$S 2.000 millones para contrarrestar la fuerte caída en reservas por el pago del Boden 2015, pero ese acuerdo también constituye ´pan para hoy y hambre para mañana´.
Para el expresidente del BCRA Martín Redrado -enrolado en el Frente Renovador de Sergio Massa- las reservas netas del organismo -fondos no sujetos a compromisos de pago-, son de apenas U$S 11.000 millones.
Es que no todos los dólares contabilizados como reservas son recursos genuinos, dado que la mayoría se compone de fondos que deberá devolver a sus dueños en el futuro (deudas) o afectados a algún fin específico, y así se convierten en indisponibles.
A favor del jefe del Central, Alejandro Vanoli, habría que decir que siempre se contabilizaron así, pero en momentos de tanta estrechez cambiaria el tema adquiere varias relecturas.
A los U$S 26.500 millones se les deben restar los encajes, las importaciones ingresadas y no pagadas -entre 6.000 y 8.000 millones-, los derechos especiales de giro y los canjes de moneda con China, además de depósitos de Nación Fideicomiso.
Se estima que unos U$S 8.300 millones de los fondos de la autoridad monetaria son depósitos en dólares bajo la custodia del Central, pero que no puede utilizar de modo directo ya que corresponden a terceros.
A la disponibilidad real de dólares del Central, también se le deben descontar unos U$S 1.900 millones de Nación Fideicomiso y los swaps con China.
También deberían descontarse unos U$S 2.800 millones de los denominados Derechos Especiales de Giro, activos cedidos por el FMI.
El fuerte vencimiento de deuda por el BODEN 2015 que afrontará la Argentina acentúa interrogantes sobre cuál será al verdadero nivel de reservas.
Por las dudas, la dirigencia opositora, que atraviesa por estas horas una fuerte crisis ante la instalación paulatina de que Scioli ganaría en primera vuelta, salió a advertir que el gobierno dejará un Banco Central "pelado".
Cuando el radical Raúl Alfonsín debió abandonar el poder antes de tiempo, a mediados de 1989, el peronista Carlos Menem se encontró con que en el BCRA sólo había reservas por 600 millones de dólares, y le llevó más de un año frenar la inflación, hasta que Domingo Cavallo lo convenció de aplicar el Plan de Convertibilidad en abril de 1991.
El Gobierno asegura que la situación es diametralmente opuesta, que dejará muchas más reservas en el BCRA y un país en proceso de "desendeudamiento".
El tiempo dirá si el próximo presidente encontrará un camino allanado o una Caja de Pandora.