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21 de noviembre de 2024
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Por José Calero
Ni un paso atrás en la defensa de Boudou
Que el primero en la línea de sucesión haya reaparecido para presidir el Senado es una señal de Cristina hacia propios y extraños de que más allá de procesamientos, no está dispuesta a entregar la "cabeza" del vicepresidente
9 de agosto de 2014
La defensa a pie juntillas del vicepresidente Amado Boudou a pesar de los procesamientos y el enemigo perfecto hallado en los fondos buitre emergen como ejes impulsores de la política oficial, aunque la presidenta Cristina Kirchner tomó nota del deterioro del mercado laboral en un escenario recesivo, al anunciar medidas para paliar los crecientes problemas de empleo. El hecho de que el segundo en la línea de sucesión haya reaparecido para presidir el Senado es una clara señal de Cristina hacia propios y extraños de que más allá de las malas noticias judiciales, no está dispuesta a entregar la "cabeza" del vicepresidente.

A su vez, los partidos de la oposición hallaron en la figura de Boudou un fundamento para torpedear al gobierno en una Argentina huérfana de ideas y propuestas en la arena política.

La jefa de Estado por primera vez parece enfrentar resquebrajamientos en la Cámara alta, por parte de legisladores haciendo cálculos con la mira en las elecciones del 2015, para quienes Boudou puede convertirse en un lastre.

Curiosa parábola la del vicepresidente: llegado a la política desde la UCeDé, supo subirse a la ola kirchnerista y capitalizar políticamente su paso por la ANSeS para llevarle luego la idea que tanto Néstor Kirchner como su esposa ya presidenta consideraron clave de cara al futuro, la estatización de la jubilación privada.

Esa jugada no sólo permitió al gobierno robustecer su poder de fuego financiero sino también convertirse en "accionista" de más de una treintena de empresas, muchas de las cuales eran consideradas centrales para aportar al "modelo".

Desde que convenció a los Kirchner de recorrer ese camino, el ascenso de Boudou no paró hasta convertirse en el "elegido" de la mandataria para acompañarla.

El mayor sinsabor del vice amante de las Harley Davidson no serían las causas judiciales, ya que sus abogados están convencidos de poder revertir los procesamientos en segunda instancia, sino el esmerilamiento político de su imagen.

Cuando disfrutaba tiempos de gloria, Boudou soñaba con ser el delfín del kirchnerismo y llegar a la presidencia en el 2015.

Hoy aquel sueño se hizo añicos mientras pugna por salir airoso de causas judiciales y eludir los dardos envenenados que recibe no sólo de la oposición, sino también desde quienes no lo quisieron nunca desde las propias filas, empezando por el influyente hijo presidencial, Máximo Kirchner.

La ironía es que la principal idea aportada a la ´causa nacional´ sería también la razón fundamental por la cual Cristina aún no le sugirió dar un paso al costado.

El kirchnerismo duro, fogoneado por la presidenta en cada una de sus intervenciones por cadena nacional, está convencido de que las causas contra Boudou se deben a que "terminó con el negocio de los bancos y las AFJP".

En esa lógica, que tendría entre sus adherentes al influyente secretario Carlos Zannini, el "ataque judicial" contra el vicepresidente obedecería a una "venganza" del establishment por cuestiones de plata, cuyo objetivo de fondo no sería Amado, sino la propia presidenta.

La relación entre el gobierno y algunos sectores de poder económico parece haber terminado de romperse con el triunfo de Sergio Massa en las últimas elecciones legislativas, y su posicionamiento como el candidato mejor ubicado para llegar a la Casa Rosada el año próximo.

Massa ha ganado influencia en distintas cámaras empresariales, en especial la UIA, cuyo presidente, Héctor Méndez, usó términos que resultaron casi ofensivos para Balcarce 50, cuando habló de las responsabilidades que caerían sobre una "señora y un jovencito" en la dura negociación por la deuda con los fondos buitre.

Pero el dirigente que dio el "salto del tigre" no sólo busca obtener respaldos de los grandes grupos económicos, sino también de sectores con buena llegada a las capas medias, como los comerciantes de la CAME, cuyo presidente, Osvaldo Cornide, le abrió las puertas de par en par en los últimos días.

Ese escenario refractario en sectores empresariales incluye también a ex aliados como el banquero Jorge Brito, quien fue atacado con dureza por el gobierno tras el intento fallido de negociar con los ´holdouts´, que duró menos de 24 horas.

"Querían hacer una operación ´OPM´, "Otros ponen la plata", ironizó la presidenta en pleno corazón de la Casa Rosada, tras recibir informes del ministro de Economía sobre la idea que la banca local había intentado llevar a Nueva York.

No fue casual -como casi nada en el kirchnerismo duro- que haya apelado a una sigla. Hace un tiempo, funcionarios de primera línea del Palacio de Hacienda le habían disparado dardos de grueso calibre al titular de ADEBA, al mencionar un hecho casi mítico que circula en la city porteña sobre el origen del Banco Macro, fundado por Brito y otros socios.

"Hay quienes dicen que Macro significa ´Muy agradecidos a Celestino Rodrigo´", disparó un estrecho colaborador de Axel Kicillof, al recordar a quien pasó a la historia por disponer uno de los ajustes más duros en democracia, siendo ministro de ´Isabel´ Perón: el "Rodrigazo", con el que la oposición martiriza cada tanto la política económica.

Para muchos hombres de empresa que ya hacen sus jugadas con vistas al 2015, la derrota legal ante los fondos buitre y el ascenso de Kicillof en la mesa chica presidencial explica la radicalización del discurso oficial, lo cual les eriza la piel.

El 17 de junio último, el ministro de Economía dijo: "Quedensé todos tranquilos, esto está estudiado en profundidad", luego de que la Corte de Estados Unidos rechazara siquiera tratar la apelación argentina contra el fallo del controversial juez Thomas Griesa.

Lejos de reprocharle semejante exceso de confianza, la presidenta felicita cada vez que puede al mimado funcionario, y hasta aceptó empezar a bucear en las encuestas para incluirlo como potencial candidato presidencial.

Ese dato terminó de convencer a Daniel Scioli de algo que intuye hace tiempo: nulo aporte podrá esperar del kirchnerismo puro para su sueño presidencial, por lo que deberá abrevar en aguas menos turbulentas.

Buscará sumar entre gobernadores y, sobre todo, intendentes, donde se espera una disputa distrito a distrito con Massa.

En esta Argentina que no da respiro, la recuperación de la identidad de quien se volvió el nieto más emblemático de la larga lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, el de Estela Barnes de Carlotto, trajo aire fresco a los fatigados argentinos.

Ignacio Hurban, ahora Guido Montoya Carlotto, impactó por su sensata calidez en su primera aparición pública junto a su notoria abuela.

No hubo frases altisonantes, ni revanchismo, ni retórica vacía en sus palabras.

Sí elogios y agradecimientos para esa lucha que protagonizan las Abuelas desde hace casi cuatro décadas y el convencimiento de que, como sostuvo Cristina, tras este nuevo logro de quienes trabajan en el Banco de Datos Genéticos, la Argentina es un poco más justa.