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21 de noviembre de 2024
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Por José Calero
Argentina más cerca de cerrar un capítulo negro
El acuerdo con el Club de París deja al país a tiro de concluir la cesación de pagos resuelta en diciembre de 2001, que demandó apenas horas tomar, pero que al país le costó sangre, sudor y lágrimas
31 de mayo de 2014
Más de doce años después, el acuerdo con el Club de París deja a la Argentina más cerca de cerrar el costoso capítulo de la cesación de pagos resuelta en diciembre de 2001, una decisión que demandó apenas unas horas tomar, pero que al país le costó sangre, sudor y lágrimas.
El default, uno de los mayores de la historia, abrió también para siempre interrogantes imposibles de resolver, como cuál hubiese sido el derrotero del país de haber contado con inversiones y financiamiento internacional en este período.

Qué habría pasado si ese alineamiento de planetas que combinó precios récords de commodities con la producción agrícola más alta de la historia y el fuerte incremento de la producción industrial, se hubiese alimentado con el combustible necesario para llevar la productividad de la economía a niveles desconocidos en el país.

Nunca se sabrá si la Argentina podría haberse convertido a esta altura en una nación desarrollada tras alcanzar una etapa superior, sobre la base de un crecimiento del 6 por ciento promedio logrado desde el 2002.

Tras negociar con el Club de París a un costo alto, ya que la deuda reconocida subió de 6.500 a 9.700 millones de dólares, la Argentina se garantiza achicar el grado de enemistad económica con los países ricos y la posibilidad cierta de que grandes multinacionales que operan en el país puedan convencer a sus casas matrices de traer capitales a esta tierra necesitada.

El acuerdo cerrado por Axel Kicillof en París deja una hipoteca complicada para el próximo gobierno, que deberá afrontar el grueso de los vencimientos, en medio de la sensación de que el gobierno priorizó el cierre de ese frente de tormenta antes que sentarse a discutir por algunos cientos de millones de dólares más o menos.

En el razonamiento del equipo económico se está más cerca de la meta de terminar con el hostigamiento de los fondos buitre hacia el país.

El 12 de junio próximo, el mismo día que empieza el Mundial de Brasil, la Corte Suprema norteamericana prevé definir el pedido de apelación de la Argentina ante el fallo de la Cámara de Apelaciones del 2013, que pretende obligar al país a pagarle 1.330 millones de dólares más intereses a los fondos buitre.

Ese día, cuando la pelota empiece a rodar en San Pablo, la Corte norteamericana podría aceptar analizar el caso y así los plazos se estirarían hasta el 2015 para una definición, lo cual sería positivo para la Argentina.

Pero también podría rechazar el pedido, lo cual gatillará que entre a regir el fallo que obliga a pagarle a los fondos buitre el 100% reclamado, antes de abonarle a los bonistas del canje de deuda.

Esto derivaría en que el país ingrese en "default técnico", ante la imposibilidad de pagarles a través del mercado de Estados Unidos, por el riesgo de incautación de fondos para derivarlos al pago a fondos buitre.

En el mercado especulan también con la opción de que la Corte solicite al gobierno de Estados Unidos su opinión, para decidir si acepta o rechaza el pedido argentino, lo cual alargaría los plazos.

En ese caso, se descuenta que el gobierno de Barack Obama manifestará una posición favorable a la Argentina, como ya lo hizo en dos oportunidades.

También con que finalmente se llegue a algún acuerdo con los fondos buitres que cierre en forma definitiva el capítulo negro del default.

Mientras llega esa fecha, el gobierno celebró el acuerdo con el Club de París tanto como un gol de Lionel Messi en una hipotética final contra Brasil, y en especial destacó haber podido dejar al margen al FMI, el organismo más enfrentado con la Argentina del cual Néstor Kirchner se libró pagándole toda la deuda de un tirón.

Lo destacó la presidenta Cristina Kirchner y machacó sobre el concepto el ministro Kicillof, quien disparó: "No necesitamos al FMI para negociar".

Según el funcionario -felicitado por la presidenta-, el acuerdo con el Club de París es "muy ventajoso" y está alejado de lo que reclamaban las naciones acreedoras.

Como aviso al próximo gobierno, Kicillof aclaró que si la Argentina no logra cumplir sus compromisos en los cinco años previstos inicialmente, tendrá un plazo de dos años más para hacerlo sin caer en cesación de pagos.

En este escenario, de los 9.700 millones de dólares comprometidos, la gestión de Cristina Fernández deberá ocuparse de saldar apenas el 12%, un total de 1.150 millones.

Por eso, los precandidatos presidenciales tanto del oficialismo como de la oposición ya empezaron a hacer números.

El gobierno que asuma en diciembre de 2015 sabrá que deberá conseguir 8.550 millones de dólares, casi 70.000 millones de pesos a la cotización oficial actual, sólo para cumplir con el Club de París.

Será un esfuerzo importante, pero Kicillof aseguró que el pago de la deuda "no dejará de rodillas" a la Argentina, porque a cambio las naciones desarrolladas prometieron inversiones.

El tiempo dirá si el ministro tenía razón.