Admitir que en enero los precios se dispararon 3,7%, luego de que el año anterior había cerrado con un promedio mensual del 0,9%, suma un argumento para que los gremios reclamen aumentos del 45% anual
El reconocimiento oficial de una inflación en enero que cuadruplica al promedio mensual del 2013 representa una señal del gobierno hacia los mercados de su intento por sincerar estadísticas, pero abre un desafío de cara a las paritarias que vienen.
Admitir que en enero los precios se dispararon 3,7%, luego de que el año anterior había cerrado con un promedio mensual del 0,9%, suma un argumento para que los gremios reclamen aumentos del 45% anual.
La primera reacción de consultores cercanos a los mercados fue positiva, porque se interpretó como un posible giro o sinceramiento de las estadísticas oficiales, luego de la decisión de intervenir el INDEC en enero de 2007.
"Parecen ir por el camino correcto, esto se acerca más a la realidad", dijo Orlando Ferreres, justamente uno de los consultores sancionados por la mano de hierro de Guillermo Moreno cuando era secretario de Comercio Interior por difundir estadísticas de precios.
Si bien el FMI aclaró que se tomará un año para definir si las estadísticas son confiables, el hecho de que hayan participado en la confección prestigiosos organismos mundiales como la Universidad de Bologna, y que el propio fondo haya tenido una supervisión técnica, le abre un crédito inicial al nuevo UPCNu.
Para los operadores de mercado, contar con estadísticas confiables representa una demanda de primera línea, más con el antecedente de naciones como Grecia, que tergiversaron datos clave sobre la marcha del país en el marco de la crisis europea.
Reconocer una inflación mayor implica también admitir que la política de controles de precios aplicada en los últimos años no rindió los frutos esperados, y abre más interrogantes sobre el programa de "Precios cuidados", que el gobierno pretende aceitar antes de que se juegue el gran partido de las paritarias.
Con la mira puesta en ese tira y afloje decisivo, el ministro de Economía, Axel Kicillof, se esmeró en aclarar algunas "particularidades" de enero, como el hecho de que hayan tenido impacto la devaluación, la denunciada corrida contra el peso disparada del dólar blue mediante y un desorden provocado por la dispersión de precios.
El funcionario cargó contra los comerciantes que "remarcan por las dudas", y deslizó que la inflación se desacelerará en los próximos meses, un elemento que será clave para atenuar las expectativas de aumentos salariales de los grandes gremios.
El principal desafío para la administración de Cristina Fernández será convencer de que este aparente sinceramiento de las estadísticas es un camino sin retorno, y de que está dispuesta a adoptar medidas reclamadas por los mercados para reducir la aceleración de precios, como la reducción del déficit fiscal y de la emisión monetaria para financiarlo.