Millones de empleados en negro y aquellos fuera de convenio, no podrían compensar los ajustes de precios de bienes y servicios, al igual que los desocupados. Los gremios chicos tiene el mismo problema
Los aumentos alcanzados por los principales gremios están en línea con la inflación real, pero preocupa la situación de millones de empleados en negro y de aquellos fuera de convenio, que no podrían compensar los ajustes en bienes y servicios, al igual que los desocupados.
Los incrementos salariales benefician a más de 2 millones de trabajadores y, en algunos casos, como el de los empleados de bancos, sorprendieron por ciertos beneficios que son envidia de otros sindicatos, como los 3.500 pesos que percibirán por el Día del Bancario. Comercio logró un 24% por un año en dos tramos (14% en mayo y el restante 10% en noviembre), mientras que UPCN acordó 24% en dos tramos (12% a partir de junio y 12% en agosto).
Los encargados de edificios del SUTERH firmaron por 32% en cuatro tramos y los trabajadores de AySA consiguieron una suba del 30%. En ambos casos los incrementos serán mayores porque sus acuerdos regirán por 18 meses.
Los metalúrgicos de la UOM lograron un 24% de aumento en dos tramos (17% ahora y 7% en julio), más dos sumas no remunerativas de $700 a pagarse en noviembre y enero de 2014.
Los gremios ferroviarios están cerca de un acuerdo, que rondaría el 23 por ciento, pero aún no acordaron. El techo promedio del 24 por ciento en los ajustes salariales fueron bendecidos por la Casa Rosada, ya que están lejos del 30 por ciento reclamado por la CGT liderada por Hugo Moyano y la CTA encabezada por Pablo Micheli, ambos dirigentes enfrentados con el gobierno.
Pero los convenios abren un interrogante primero sobre qué ocurrirá con el resto de los sindicatos. La UOCRA, por ejemplo, tiene dificultades para cerrar la paritaria porque el cepo cambiario puso patas para arriba al sector de la construcción y ahora los empresarios pretenden cerrar un acuerdo inferior a lo conversado inicialmente.
El problema es que la UOCRA, liderada por el controversial Gerardo Martínez, es el gremio con mayor cantidad de afiliados: 400 mil, según el último recuento, aunque habría más de 100 mil suspendidos.
El gremio reclama 25 por ciento de incremento salarial, pero el sector empresario pretende 23 por ciento en dos tramos. El acuerdo se alcanzaría finalmente, porque ambas partes estarían dispuestas a ceder algo.
En cuanto al empleo en negro, para el INDEC y la CTA más de un tercio de los empleados está en esa condición y la mayoría percibirá incrementos inferiores a los que tendrán los empleados en blanco, y en especial los que tienen mayor poder de negociación.
En los gremios más numerosos, después del aumento paritario, el básico pasará ahora a $4.500/$5.000, cuando se estima que se necesita un mínimo de $7.000 para llegar a fin de mes.
En metalúrgicos, tras el acuerdo salarial, para una jornada completa el ingreso mínimo aumenta ahora a $4.680 y en julio llegará a $5.000.
Preocupa también que, con excepción del sector público, el empleo privado no crece y las empresas están regulando horas extras.
Informes privados, pero también en el Ministerio de Trabajo, vienen notando que la demanda laboral es marginal. Y suman otro dato: las empresas no reponen al personal que renuncia o se jubila.