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Por José Calero
Los Kirchner van por las reservas del BCRA
3 de febrero de 2010
El desembarco de la economista Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central parece ser la antesala de un giro en la autoridad monetaria, para poner parte de sus reservas por 48.000 millones de dólares "al servicio de la producción y el empleo".

Así surge de las palabras de la presidenta Cristina Kirchner, quien por las dudas aclaró que el proyecto de Marcó del Pont para reformar la Carta Orgánica del Central no impedirá que el BCRA mantenga su autonomía.

La jefa de Estado dijo que carece de sentido que las reservas estén durmiendo en el BCRA rindiendo un interés del 0,5 por ciento anual, cuando podrían ser utilizadas para financiar la producción y la creación de trabajo.

En parte, la remoción de Martín Redrado estuvo directamente vinculada con su resistencia a ceder los 6.569 millones de dólares que, se dijo, eran para garantizar el pago de deuda, pero que en realidad se supo después que estarían destinados a atender el riesgo de que la Argentina vuelva a entrar en default ante la disparada del gasto público y el regreso al déficit fiscal.

Es más, ya trascendió que parte del Fondo del Bicentenario será utilizada para tapar baches fiscales cada vez más enormes que tienen las provincias por la expansión del gasto, al ritmo de una inflación que triplica en realidad a la oficial.

Por ello se espera que muchos gobernadores le pidan a sus diputados y senadores acompañar el proyecto cuando en marzo próximo deba tratarlo el Congreso.

Cristina también aludió al daño institucional que la disputa por la remoción de Redrado provocó al país, incluso en su imagen hacia el exterior, desde donde la Presidenta recibió duras críticas en distintos medios de gran repercusión, como los
periódicos El País, El Mundo y Financial Times.

Es que la desplolija remoción de Redrado, luego corregida a las apuradas por la Presidenta enviando la consulta pertinente al Congreso, fue uno de los episodios conflictivos clave de enero, que en realidad encierra una pelea de fondo: la necesidad de echar mano a las reservas porque las cuentas públicas no cierran.

Mientras se esperaba que el país comenzara en este 2010 un camino firme de recuperación, la disputa trajo nuevas distracciones a los mercados y demoró, otra vez, la llegada de la certidumbre necesaria para aumentar la producción.

Los acontecimientos se precipitaron a tal velocidad, que ya quedó en el recuerdo el `papelón` protagonizado a principios de año por el ministro Amado `Aimé` Boudou, quien anunció que Redrado había dejado de ser presidente del Banco Central y que lo
reemplazaba Mario Blejer.

Lo primero tardó varias semanas en cumplirse y con un costo político demasiado grande para el Gobierno, que debió soportar varios fallos judiciales en contra y terminar pidiéndole a su defenestrado vicepresidente Julio Cobos acelerar la conformación
de la Comisión Bicameral para poder tener luz verde en la remoción del funcionario.

Lo segundo quedará entre los pasos en falso más recordados de la corta gestión de Boudou, ya que con la rapidez de un rayo el ministro se comunicó con Blejer a su reducto vacacional europeo de esquí, para avisarle que Redrado ya no era jefe del Central y si él aceptaba reemplazarlo.

El ex titular de la autoridad monetaria, quien desconocía lo que ocurría en la Argentina por estar tan lejos y rodeado de la nieve, le respondió en forma afirmativa.

Pero Redrado resistió y, cuando Blejer se enteró, de inmediato aclaró que en esas condiciones no asumía y a Boudou le sacaron la escalera sin avisarle.

Lo que viene es una disputa de proporciones entre el Gobierno y la oposición sobre qué hacer con las reservas, que se dará en el Parlamento y marcará el rumbo económico del año.