Por José Calero
El riesgo de ver a la ANSeS como un barril sin fondo
6 de diciembre de 2009
En los 90 el menemismo cometió el error de financiar la fiesta de la convertibilidad mediante la emisión indiscriminada de bonos para tapar el déficit fiscal, hasta que el espejismo del uno a uno, aplaudido desde muchos sectores políticos, sociales y
económicos -incluido el matrimonio Kirchner-, se derrumbó a pedazos.
En estos tiempos, el kirchnerismo corre el riesgo de caer en un desacierto similar, creyendo que los ahorros de los jubilados apropiados por la ANSeS luego de la eyección de las AFJP, pueden servir eternamente para salvar los desajustes de cuentas públicas que empiezan a mostrar fatiga y arrojar déficit por primera vez
desde el 2003.
Cuando dictó la partida de defunción del sistema de jubilación privada, el Estado se hizo de más de 100.000 millones de pesos, que rápidamente comenzó a utilizar para financiar emprendimientos empresarios, tapar baches fiscales y sostener un modelo que
muestra desajustes hace varios años.
Los anuncios para incentivar el consumo y atender a sectores sociales postergados requieren de miles de millones de pesos, y la mayor parte tendrá la misma procedencia: la ANSeS.
Entre los fondos que requerirá el Gobierno para hacer frente a los gastos de fin de año figuran 1.800 millones de pesos para pagar el aguinaldo extra a jubilados y pensionados, 400 millones a la asistencia de 180 por hijo y 500 millones al aumento de
asignaciones familiares.
Ese dinero se sumará a fin de año al consumo, contribuyendo a mejorar la actividad interna.
No es para lo único que la presidenta Cristina Kirchner echó mano de los fondos jubilatorios.
El Gobierno volvió a tomar fondos de un organismo público para financiarse, al emitir una Letra del Tesoro por 250 millones de pesos y la semana anterior, utilizó otros 2.000 millones más que corresponden a las provincias, para solventar gastos del
Presupuesto nacional.
A esto se suman miles de millones de pesos con el fin de hacer frente a subsidios y planes de sociales de todo tipo y color, y que son parte de una puja entre sectores oficialistas y piqueteros opositores.
Las provincias tampoco están para tirar manteca al techo: varios distritos evalúan emitir bonos y Córdoba le advirtió a la Nación que si no le giraba los fondos adeudados la semana próxima, debería emitir un título público.
El mismo camino parece recorrer el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien ya le avisó a los proveedores que pagará parte de la deuda con bonos.
Los títulos no serán cuasimonedas como los `patacones` del 2001-2002, pero pueden llegar a parecerse bastante y asimilarse cada vez más si las cuentas se complican en el 2010.
La deuda de la Nación con las provincias se elevó a 9.000 millones de pesos.
La norma fue publicada en el Boletín Oficial dos días después de que un decreto de necesidad y urgencia ampliara en más de 24.000 millones de pesos las partidas del presupuesto 2009.
Pero el gran problema sigue siendo la inflación: para consultoras privadas, como Ecolatina, llegará al 17,5 por ciento en el 2010, un nivel insostenible para el esquema actual y que licuaría cualquier intento de mejora social.
Buena parte del alza de la pobreza está vinculada con el aumento de la canasta básica, que lleva a numerosas familias a quedar por debajo de la línea de recursos básicos, alertan especialistas.
Un punto que preocupa al Gobierno es la necesidad de empezar a liberar un ajuste de tarifas que puede generar tensiones adicionales en un año donde el plan económico necesitará transitar senderos de tranquilidad.
El problema es que mientras la recaudación creció 20 por ciento en noviembre, el gasto está subiendo por encima del 30 por ciento.
Al no tener otra financiación que no sea interna ni querer hacer un ajuste, el Tesoro debió recurrir a la plata del ANSeS, del PAMI, el Banco Central y hasta a un aporte que recibió del FMI.
Todo suma a la hora de hacer frente a los exigentes gastos de fin de año.
a gran duda es cuál es el margen de maniobra con que cuenta el gobierno para echar mano de la plata de la ANSeS, y qué ocurrirá cuando se deba contar con esos fondos para pagar más jubilaciones.