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Por José Calero
Una historia sin fin que alarma a la economía
21 de marzo de 2009
El nuevo anuncio de Cristina Fernández sobre retenciones, que disparó otro paro del campo, dejó en claro que el conflicto con el agro no tiene retorno y que la Argentina deberá prepararse para una campaña electoral crispada, con productores volcados a las rutas y lockout patronales.

A esta altura, cualquier posible acuerdo entre la Casa Rosada y la dirigencia agropecuaria parece una quimera, por lo que los argentinos deberán acostumbrarse a convivir con un conflicto interminable, que tendrá otro capítulo con el paro lanzado hasta la medianoche del 27 de marzo.

Lo peor es que el conflicto vuelve a cobrar fuerza en momentos en que el superávit fiscal empieza a hacer agua y cuando los principales economistas vaticinan que el segundo semestre del año será el de impacto más duro de la crisis.

Una pelea que tomará cada vez mayor efervescencia a medida que se acerquen las elecciones del 28 de junio próximo, a esta altura casi un hecho.

El anuncio oficial, hecho a las apuradas en Olivos, puso en estado de ebullición a la Mesa de Enlace, cuyo dirigentes parecen dispuestos a dejar que las bases empiecen a marcar la dinámica de la protestas, hartos de no poder avanzar con el Gobierno en el
tema de las retenciones.

Eso explica que la Mesa de Enlace haya decidido lanzar un nuevo paro, para satisfacer las demandas de productores de base, y piensan insistir ante el Congreso para debatir el proyecto de baja de retenciones.

"No voy a mover un dedo para sacar a la gente de las rutas", se le escuchó decir a Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, un dirigente que viene mostrando cierta fatiga.

El propio Buzzi admitió su dolor porque un productor le gritó "traidor" mientras caminaba por la calle.

Por ahora, el nivel de movilización de la gente a las rutas es mucho menor al del año pasado, pero todo indica que los reclamos irán in-crescendo a medida que la bronca aumente.

El anuncio de que un 30 por ciento de los ingresos por retenciones a la soja será girado a provincias y municipios fue una jugada audaz del kirchnerismo destinada a poner la casa en orden con gobernadores e intendentes, pero para el campo no
signfica nada.

Al contrario, la rápida lectura política que hizo la Mesa de Enlace fue que se busca dinamitar los lazos que todavía mantienen con algunos mandatarios provinciales.

Con esta decisión, gobernadores e intendentes se convierten en "socios" del Gobierno en el cobro de impuestos al campo.

Ahora, esos dirigentes tendrán más razones para inclinarse por las posiciones del Gobierno, si quieren contar con los fondos necesarios.

Por eso, la noche del jueves la bronca dominaba las tertulias de los hombres de campo, que coincidieron en la necesidad de mantener la unidad pase lo que pase, y que se tradujo en el anuncio de otra medida de fuerza.

"El anuncio de la presidenta es un acta de defunción para el campo", sostuvo el vice de la Federación Agraria, Néstor Roulet.

A esta altura, la Mesa de Enlace sólo se conformará con una rebaja de las retenciones, algo que la Casa Rosada, pero en especial Néstor Kirchner, considera inaceptable.

En la lógica del ex presidente, volvió a tallar con fuerza la exigencia de "rendición incondicional" de la dirigencia agropecuaria lo cual, razona, deberá llegar cuando el Frente para la Victoria, seguramente con él a la cabeza en la provincia de Buenos Aires, triunfe en las legislativas del 28 de junio.

Entre la dirigencia agropecuaria hay coincidencias en que la jugada del Gobierno apunta a debilitar su base de contactos políticos el interior del país, porque muchos gobernadores e intendentes necesitaban este oxígeno financiero de unos 500 millones de pesos mensuales para mostrar obra pública en plena campaña electoral.

Así, luego de obtener 108 votos en su frustrado intento de imponer un proyecto de retenciones fogoneado desde la oposición, el campo perdería casi toda oportunidad de avanzar con esa iniciativa para sacarle al Poder Ejecutivo el manejo de las
retenciones.

Con dureza, el probable candidato a diputado por la Coalición Cívica Mario Llambías, presidente de CRA, toreó al Gobierno y le advirtió que "el campo busca que se tomen medidas para transformar al país y no para prometer obras que después no se hacen".

Pero más allá de cómo se desencadenen los acontecimientos, queda claro que el matrimonio presidencial percibe a la Mesa de Enlace como el enemigo a aniquilar.

Al fin de cuentas, en los casi seis años que llevan en el poder, el sector agropecuario es el único que le hizo morder el polvo de la derrota a un gobierno desacostumbrado a los fracasos.

Tal vez por ello, el kirchnerismo se la tiene jurada al campo, y esperan que con un eventual triunfo en las elecciones del 28 de junio terminen de borrar del mapa a los díscolos productores agropecuarios.

El adelantamiento de las elecciones hace que falte muy poco para dirimir el modelo que pretenden unos y otros. Y otra vez, como siempre con los Kirchner, la pelea es a todo o nada.