Los rumores estuvieron hoy a la orden del día en la city porteña, donde algunos operadores buscaron aprovechar el ruido político por el enfrentamiento entre el Gobierno y el campo, para echar a rodar todo tipo de versiones que buscaron hacer mella en el sistema financiero.

La más grave, y tal vez la más descabellada, sugería la posibilidad de aplicar un nuevo corralito, al estilo del que se puso en marcha en el 2001 y acabó con el gobierno de Fernando de la Rúa.

A pesar de que la situación actual difiere diametralmente de la que azotaba el país en aquellos días de furia, el ruido que hace la pelea con el campo, y el hecho de que el paro agropecuario afectará los ingresos fiscales por retenciones, fue aprovechado
por algunos audaces, que sobran en los mercados financieros.

Según esas versiones, los bancos estaban recomendando a sus clientes premium cancelar los plazos fijos que vencían y posicionarse en dólares, para prevenirse de un eventual salto en el tipo de cambio.

En tanto, otros bancos comenzaron a ofrecer tasas más altas que hace unos días, para retener ahorros.

Si bien los expertos coinciden en que el Banco Central tiene espaldas suficientes para mantener a raya la minicorrida cambiaria, con reservas por 50.238 millones de dólares, la gente parece estar curada de espanto y por eso busca posicionarse en monedas menos riesgosas.

En la semana, los grandes bancos vendieron entre 8 y 10 millones de dólares por ventanilla, entre tres o cuatro veces más de lo habitual.

Pero el hecho de que el Central, lejos de perder reservas, haya ganado 33 millones de dólares en la semana, llevó tranquilidad.

En cambio, fue mala señal que los bonos siguieran cotizando en baja y por ello sumaron argumentos a quienes vaticinan un escenario cada vez más complicado para la economía del país.

El bono más líquido, el Discount en pesos, retrocedió 0,96 porciento a 91,90; el Par, en tanto, cedió 1,55 por ciento.


Por eso, en este escenario de convulsión más política que económica, se espera que la semana próxima sea nuevamente complicada para el sistema financiero y cambiario, en medio de la dura protesta agropecuaria.