Los libros de Philip Pullman que están detrás de �La brújula dorada� ya habían despertado en su momento cierto revuelo por su marcado anti-clericalismo. A los adultos que tengan los ojos medianamente despiertos no les costará mucho encontrar similitudes entre los personsajes del Magisterio (que representa el lado oscuro de la película) y ciertas conductas históricas de la Iglesia católica.
Si a esto se le suma que el autor de los libros es un reconocido ateo y que se promueve allí cierta mitología basada en brujas y magia, no se tardará en entender por qué las autoridades eclesiásticas a nivel mundial están enojadas con el estreno de �La brújula dorada�.
Lo cierto, sin embargo, es que los paralelos con las iglesias católicas apenas se notan en el filme. Sin embargo, en los Estados Unidos surgió un movimiento muy marcado de religiosos y laicos que se opusieron a la proyección de la película.
Incluso, hay quienes adjudican que el desempeño del filme en la taquilla (aceptable, pero lejos del éxito esperado) se debe en parte a la campaña que los sectores más radicalizados de la derecha religiosa han hecho en contra de �La brújula dorada�.