Los productores de “La dama del agua” y el propio director M. Night Shyamalan juran que la primera opción que barajaron para protagonizar la película fue la de Paul Giamatti, un actor con más de 40 películas en su haber pero que jamás rozó el estrellato y es más conocido por sus roles secundarios. Es curioso que aseguren que su “Plan B”, que tenían en carpeta por si fallaba la contratación de Giamatti, era nada menos que la superestrella Kevin Costner.
Esta rareza no llama la atención en un director como Shyamalan, quien acostumbra a padecer indefiniciones a la hora de elegir a los protagonistas masculinos de sus películas. Basta con repasar los nombres que barajó el realizador para los siete filmes que dirigió hasta el momento y que finalmente fueron quedando en el camino.
Por mencionar a algunos de los actores que quedaron fuera de sus proyectos, basta con enumerar a Phillip Seymour Hoffman (“Capote”), William Hurt (“Estados alterados”), Sidney Poitier (“Adivina quién viene a cenar”), Chris Cooper (“Belleza americana”), Gene Wilder (“El joven Frankestein”), Alec Baldwin (“La Sombra”), Vince Vaughn (“Viviendo con mi ex”), Forest Whitaker (“El juego de las lágrimas”) y Don Cheadle (“Hotel Rwanda”).
Lo cierto es que ninguno de ellos fue de la partida en las versiones definitivas de los filmes de este director, que en definitiva fueron estelarizados por el propio Shyamalan (“Rezando con furia”), Joseph Cross (“Bien despierto”), Bruce Willis (“Sexto sentido” y “El protegido”), Mel Gibson (“Señales”) y Joaquin Phoenix (“La aldea”).
“La dama del agua” también significó para Shyalman una ruptura con los estudios de la Disney, que había producido cinco de sus filmes más exitosos hasta el momento. Debido a “diferencias creativas”, el realizador de origen indio rompió relaciones con esa productora y llevó su proyecto a la Warner, donde fue recibido con los brazos abiertos.