Por Sebastián Martínez
"Imparable": héroes de la clase trabajadora
5 de enero de 2011
Cuando un año y medio atrás se estrenó "Rescate del metro 1 2 3", habiamos corroborado que Tony Scott bien podía ser descripto como un director de cine que parece haber encontrado el modo exacto de filmar como a Hollywood le gusta, pero sin caer en lo aparatoso, en lo excesivamente artificial, manteniendo una cuota de humanidad en sus películas.
Es difícil encontrar obras maestras en la filmografía de Tony Scott, pero sí algunas películas buenas, junto a otras completamente olvidables. "Top Gun", "El ansia", "Días de trueno", "Enemigo público", "El último boy scout", "Juego de espías", "Hombre en llamas"... Cada uno decidirá cuál de estos filmes de Scott le ha dejado algo en la memoria.
Ahora llega "Imparable", protagonizada por Denzel Washington y Chris Pine, y un dato que empieza a surgir con claridad en la obra de Tony Scott es que es director que le ha prestado especial atención al mundo de los trabajadores de los Estados Unidos. No es, por supuesto, un cineasta social. Pero sí ha dedicado horas de trabajo a observar cómo vive el proletariado americano, quizás mucho más que muchos de sus colegas.
Algo de esto ya se notaba en "El último boy scout" y en "Rescate del metro 1 2 3", pero en "Imparable" esta mirada sobre los trabajadores más o menos humildes de Norteamérica es más patente que nunca.
El filme cuenta un argumento sencillo: por impericia humana y un poco de mala suerte, un tren con material altamente inflamable queda a la deriva, circulando sin nadie al mando, por las vías de Pensilvania, a más de 100 kilómetros por hora. Y esa historia está contada a la manera sencilla de grandes películas como "Duelo a muerte", de Steven Spielberg, y no en el modo artificioso de "Máxima velocidad".
A medida que el tren se acerca a una ciudad con más de 700 mil habitantes, un grupo de sujetos ligados al trabajo ferroviario debe urdir algún plan para detenerlo. Frente a la inminencia de la catástrofe, hay cuatro personajes clave. Por un lado, un veterano ingeniero (Denzel Washington) y un joven conductor (Chris Pine) que viajan por la misma vía que el tren fuera de control, pero en sentido contrario. Por otro lado, la jefa eficiente de la base de operaciones (Rosario Dawson, quizás la mejor de la película). Y, finalmente, un ejecutivo de la compañía (Kevin Dunn), más preocupado por los números que por la viabilidad de los planes.
Por supuesto, en medio del argumento lineal y del final, previsible, hay otras historias menores, más acotadas y más humanas, que enriquecen el acento y que permite que Scott ponga su ojo sobre esos trabajadores del ferrocarrril que tiene como protagonistas.
Porque "Imparable" es un homenaje a la clase trabajadora de los Estados Unidos. Los héroes serán ellos: los anónimos ferroviarios. Y no es casual que la película se haya rodado y estrenado en un marco de crisis del mercado laboral en los países del hemisferio norte, con tasas de desempleo crecientes (hay, de hecho, menciones al asunto en el filme).
Desde ya que "Imparable" no es un filme de barricada. Ni siquiera, una película con alto contenido social. Hollywood siempre preferirá los héroes individuales a las gestas colectivas. Pero, más allá de que sospechamos el final desde que comienza la proyección, se trata de un filme digno en su factura y digno en su mensaje. Otra película de ese obrero del cine americano llamado Tony Scott.