"Harry Potter y las reliquias de la muerte": magia intacta - Asteriscos.Tv
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Por Sebastián Martínez
"Harry Potter y las reliquias de la muerte": magia intacta
17 de noviembre de 2010
En términos generales, las películas sobre Harry Potter no han sido grandes productos cinematográficos, más allá de la empatía que uno pudiese sentir o no por sus personajes. Hasta el momento, cuando ya falta sólo una (a estrenarse el año próximo) para completar la serie, ”Harry Potter y el prisionero de Azkabán”, la tercera de la saga, dirigida por Alfonso Cuarón, sigue siendo de lejos la mejor de todas.

Pero los productores han evaluado las cosas de un modo distinto y por eso, cuando en la quinta película de la saga (“Harry Potter y la Orden del Fénix”) se encontraron con el director David Yates, resolvieron que él era el hombre indicado para acompañar al aprendiz de mago hasta su capítulo final.

Lo cierto es que las dos películas de Potter realizadas por Yates hasta hoy (la ya mencionada y “Harry Potter y el misterio del príncipe”) no habían sido demasiado memorables. En parte fue responsabilidad del propio Yates por no saber manipular el material, y en parte culpa de los productores por intentar condensar dos libros verdaderamente voluminosos en películas de duraciones más o menos convencionales.

Una decisión igualmente arbitraria (cinematográficamente, ya que no comercialmente) nos lleva hoy al hecho de que el séptimo y último capítulo de la saga sea desdoblado en dos películas. La primera se estrena en estos días y la segunda (y definitiva) verá la luz el año próximo.

Las buenas noticias son dos. La primera es que esa decisión, tomada para recaudar más, curiosamente le ha hecho bien a la película. Y la segunda es que de los tres filmes sobre Potter que le han sido encomendados a Yates, éste es el mejor. La mala noticia, como contrapartida, es que al tratarse de una película mutilada, una película que no termina y que deja abierto su argumento hasta el año que viene, la sensación al salir del cine es un poco frustrante.

Si en lugar de ser una superproducción hipercomercial se tratara de una película independiente, posiblemente lo más acertado hubiese sido hacer un solo filme que durase cuatro horas o cuatro horas y media. Pero es sabido que esas duraciones no son del gusto de los exhibidores y, según creen ellos, tampoco de los espectadores.

Los que han leído el libro no necesitan resúmenes sobre su trama, pero de todos modos se puede mencionar algo sobre el argumento. Muerto Dumbledore (el gran mago bueno, mentor y protector de Harry Potter), el mundo de la hechicería se ha abierto para el dominio absoluto de Lord Voldemort y sus planes de dominación global. Pero, como es sabido, para lograr eso necesita eliminar a Harry Potter, el único que (siendo apenas un bebé) pudo vencerlo.

Por su parte, Potter debe encontrar el modo de derrotar a Voldemort antes de que éste lo encuentre. Y para ello, tal como se había planteado en el anterior capítulo, debe encontrar y destruir los siete objetos mágicos (Horrocruxes) en los que el villano ha escindido su alma. Entonces, mientras se esconde y huye, Potter debe investigar la localización y forma de eliminación de cinco Horrocruxes (dos ya fueron destruidos en capítulos anteriores) y para ello contará con la ayuda de sus amigos Ron y Hermione.

Por cierto, Emma Watson (la chica que hace de Hermione) ha crecido actoralmente más de lo que se esperaba y, más allá de la fama lograda por Daniel Radcliffe como protagonista, parece ser la única de la camada joven que estará en condiciones de hacer una carrera aceptable una vez que todo esto termine. El resto del elenco está formado por gente de trayectoria más que sólida: Bill Nighy, Ralph Fiennes, Alan Rickman, Helena Bonham Carter, Michael Gambon, John Hurt… En fin, una constelación de actores mayoritatiamente británicos que han brillado en otros sitios y que no pueden hacer las cosas mal.

Lo cierto es que “Harry Potter y las reliquias de la muerte” nos reencuentra con lo mejor de la saga: profundos conflictos personales, tensión romántica y sexual, oscuridad, peligro y aventura. Vale la pena verla. Aunque el final trunco nos deje un mal sabor en la boca, todos sabemos que el año próximo Potter volverá… por última vez.