La última semana ha sido marcada por un signo trágico para el cine de todo el mundo. A la publicitada muerte de Leslie Nielsen, se le han sumado en los días posteriores los fallecimientos de los directores Mario Monicelli e Irvin Kershner.
Nielsen es posiblemente el más conocido por el gran público de los tres fallecidos. Logró la fama mundial gracias a protagonizar una serie de películas producidas por el trío de David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker, como “¿Y dónde está el piloto?”, o “La Pistola Desnuda”. Gracias a esto, durante la década de los ’90 se convirtió en uno de los actores cómicos más populares del mundo.
Monicelli, por su parte, fue uno de los directores italianos más importantes del siglo XX. El realizador se suicidó a los 95 años en Roma. Monicelli saltó desde la ventana de la habitación del hospital en el que estaba ingresado.
Guionista en más de 100 películas y director de casi 60, Mario Monicceli fue uno de los maestros de la comedia italiana. Su trabajo como escritor aspiró al Oscar en la categoría de mejor guión en dos ocasiones: por “I Compagni” (1963) y “Casanova 70” (1965), y tres de sus películas como director optaron al premio de mejor película de habla no inglesa: “I soliti ignoti” (1958), “La grande guerra” (1959) y “La ragazza con la pistola” (1968).
Monicelli trabajó con algunos de los más famoso actores y actrices italianas, desde Vittorio Gassman hasta Marcello Mastrioanni, pasando por Totò, con el que realizó la saga sobre el personaje de mismo nombre.
Quizás el más desconocido de los artistas fallecidos en los últimos días fue Irvin Kershner. Paradójicamente, su mejor película ha sido una de las más taquilleras de todos los tiempos: “El imperio contraataca”.
Otras obras destacadas del cineasta muerto a los 87 años fueron la cinta de James Bond “Nunca digas nunca jamás” (1983), con Sean Connery, y “Robocop 2″ (1990), con Peter Weller.