Un estudio realizado por Bridgestone revela que el 71% de los conductores circula con una presión baja en sus neumáticos, lo que se traduce en el gasto de 2.000 millones de litros de combustible extra por un valor de 2.800 millones de euros anuales.
Aunque no sólo el combustible se ve afectado. Las emisiones de CO2 ascienden 1,8 g/km por coche que en total suman 4,8 millones de toneladas de CO2 emitidas de forma innecesaria.
Para realizar el estudio se tomaron como muestra 38.000 coches procedentes de 9 países europeos diferentes en 2010. El informe se realizó inspeccionando los neumáticos en centros comerciales y aparcamientos públicos y los resultados mostraron que un 7,5% de los conductores circulan con una presión de al menos un 0,5 bares menos de lo recomendado, aunque el dato más escalofriante es que el 0,5% circula con una presión de al menos 0,75 bares por debajo de lo recomendado.
La resistencia a la rodadura puede representar, bajo diversas circustancias de un 18% a un 26% de la fuerza total de un vehículo. Circular con un neumático con baja presión, aumenta la resistencia a la rodadura, lo que se traduce en un aumento considerable de combustible y de emisiones de CO2.
Casi sin dibujo
El estudio también ha mostrado que el 12% de los neumáticos de Europa circulan con una profundidad del dibujo por debajo del mínimo legal (1,6mm). Además, el 2% de los neumáticos estaban muy gastados o tenían una presión insuficiente.
La profundidad del dibujo afecta a la seguridad de los conductores y aumenta considerablemente el riesgo en diversas condiciones. Por ejemplo, la velocidad a la que se inicia el efecto 'aquaplanning' se reduce un 40% con un neumático con un dibujo por debajo de los límites.