Por Carlos Nasif
El primer acierto de los Kirchner con el campo
29 de marzo de 2010
La relación entre el Gobierno de los Kirchner y el campo es inestable desde que Néstor ejerce la política.
Ya en Santa Cruz, a pesar de no ser una provincia típicamente agropecuaria, la vinculación con el entonces gobernador y las rurales de la región era pésima.
Ya en el poder nacional, Néstor Kirchner volvió a mostrar su desinterés por sustentar la producción agropecuaria y esta realidad se extendió con el mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Esta situación provocó constantes roces y la concreción de la mayor protesta de la historia del sector agropecuario en 2008. Desde ese año, la dirigencia del campo tomó otra dimensión y el Gobierno se ganó una imagen nada positiva por este conflicto con el campo.
Entre otras consecuencias de la tirantez de la relación Gobierno-Campo se observó un constante cambio en la Secretaría de Agricultura. Ninguno de los predecesores del actual Ministro de Agricultura, Julián Domínguez lograron sacarle una sonrisa a Mesa de Enlace.
Pero fue justamente esta decisión de crear un ministerio y la nominación del bonaerense en ese cargo del Ejecutivo lo que representó la decisión más importante y acertada para el Gobierno de los Kirchner.
Domínguez ha sabido tener cintura política para manejar a la Mesa de Enlace, que ha amenazado una y otra vez con protestas y hasta con volver a las rutas, pero sin lograr concretarlo.
Una nueva señal de nuevo ámbito de negociación llegó la semana pasada. Tras una reunión, casi de madrugada, con Domínguez, los integrantes de la Mesa de Enlace elogiaron el encuentro y lo calificó como positivo, en el marco de sus reclamos. Hablaron de ganadería y el Ministerio de Agricultura presentó un plan que no sólo desarticuló a los dirigentes en los posibles nuevos reclamos, sino que se aseguró que por este tema difícilmente se vuelva a hablar este año.
Además, Domínguez neutralizó, al menos públicamente, el fantasma de “Moreno”, que siempre intercedió en forma negativa cada vez que la dirigencia de la Mesa de Enlace se acercaba al Gobierno a través de un Secretario de Agricultura.
Estas acciones de Domínguez, el hecho de que la Mesa de Enlace no muestra la misma unidad de otros tiempos y ciertos datos coyunturales del sector hacen que el Gobierno se haya sacado de encima un peso fuerte en un año preelectoral: la protesta rural
El campo comienza a mostrar señales negativas en el campo laboral, un problema más cercano con la industria, pero esto deberá ser resuelto por el Ministerio de Trabajo y no debería afectar en gran medida a la producción.
A pesar de todo este nuevo escenario, el Gobierno no tiene un plan para el campo. O, para ser más preciso, su estrategia es mantener al sector calmo, para evitar otro “Efecto resolución 125”.
La decisión de darle a Domínguez aire para negociar con la Mesa de Enlace permitió darle otra imagen a la relación Gobierno-Campo, que aún es endeble, que tiene muchos temas por resolver en poco tiempo, pero que ha tomado otro rumbo desde que Domínguez asumió en Agricultura.