Por Carlos Nasif
Los dilemas del campo cada vez más marcados
8 de marzo de 2010
Marzo es un mes muy marcado desde hace 2 años para el campo, porque significa el mes bisagra desde 2008 en los reclamos del sector. Sin embargo, este segundo aniversario de aquella batalla, la más importante de su historia de la dirigencia rural contra un Gobierno, enfrenta muchos dilemas, que divide, que provoca y que coloca frente a un nuevo desafío a la aún joven Mesa de Enlace.
Este marzo no es el mismo de 2009 y menos aún de 2008. Los precios de la hacienda en pie hizo recuperar la memoria a una ganadería que fue pilar económica hace algunas décadas; una promesa de cosecha récord hace trastabillar cualquier intento de frenar su comercialización y una expectativa de un año positivo en el resto de las actividades que forman parte del mundo rural pone en aprieto a los representantes gremiales.
A esto se suma una serie de acciones del Gobierno, que para el campo no bastan para generar una política agropecuaria, pero que para determinados sector ayudan a desandar el camino. Por ejemplo, una mejor relación con la Oncca o los subsidios para sectores.
Por ello es tiempo de muchas marchas y contra marchas en las negociaciones internas del campo. Es más común ahora oír versiones encontradas entre los miembros de la Mesa de Enlace y se hace complejo aunar criterios sobre un mismo tema.
Estos dos marcados ambientes contrastantes se vio en la última Expoagro, con una exhibición de maquinarias en el nivel que se encuentra la Argentina en el mundo, con equipo de última generación, equipados como para competir en cualquier lugar del planeta. Con cientos de empresas ávidas de captar un mercado que será mucho mejor que el del año pasado, aunque parezca prematura hacer un balance a esta altura del año.
Por otro lado, las entidades del campo, que aprovecharon cuanto minuto ofreció la expo para exponer sus rechazo a las políticas del Gobierno, para alertar por futuras protestas, pero para advertir que difícilmente sean a corto plazo.
Al mismo tiempo, como para dar más señales, todas las compañías de agroinsumos se sumaron a la tendencia de mostrar todo a campo. Lanzaron al unísono sus muestras dinámicas para exhibir su paquete tecnológico de este año, que tiene muchas novedades, todas apuntando a mejorar la rentabilidad.
Entonces, los productores se mueven en ese dilema de seguir a los dirigentes en su afán de mejorar las condiciones de comercialización o apartarse de la protesta y concentrarse tranqueras adentro, con la tecnología que ofrece mayor producción.
La dirigencia ya no cuenta con el capital de la adhesión masiva de productores y sociedad para concentrar un reclamo. Eso lo saben, porque han pedido a una consultora privada un estudio para conocer cuál podría ser el mejor camino para seguir ejerciendo presión con sus reclamos.
Modificaron la óptica respecto del destinatario de las protestas. Saben que en el Gobierno cada negociación concluyen en un camino sin salida. Apuestan todo a un Congreso con mayoría opositora. Si allí lograran modificar las estructuras de las retenciones ya habrá logrado el mayor éxito de este año. Por ello es que reiteradamente se escuchará este año un mensaje para que el Parlamente se involucre más en los tema del campo.
La agenda del sector rural este año está muy cargada. Ya pasó Expoagro y dejó sus huellas, el resto del camino que queda sigue planteando más dilemas que certezas.