Por Carlos Nasif
La campaña obliga al campo a una tregua
14 de abril de 2009
Este mes está siendo el más tranquilo para el matrimonio Kirchner desde que comenzó el conflicto con el campo hace poco más de un año.
Acaso muchos ya se preguntan cómo ha influido en la Mesa de Enlace la posible candidatura de alguna de sus miembros. Cuando esto sea oficial limitará mucho la acción gremial.
Al menos dos de los principales dirigentes del agro ya están casi con el pie adentro en la campaña para las elecciones del 28 de junio y hasta se asegura que el emblema de la lucha del campo, Alfredo De Angeli, también será de esa partida.
Por ello es que hoy en el ámbito rural se habla de una tregua obligada en el campo y son varios los motivos, no sólo este tema de la campaña política.
También se intensificó la cosecha de granos gruesos, soja, maíz y girasol, entre otros, y eso quita gente para los combates. Tras que la cosecha viene magra, no se puede perder tiempo y desperdiciar las condiciones propicias del clima para levantar los granos.
También hubo un desgaste lógico de un conflicto histórico por más de doce meses y las respuestas obtenidas han sido pocas. En general los resultados han sido más positivos en frenar medidas que podrían perjudicar al sector, que el logro de políticas productivas.
Esta falta de decisiones hace que el campo concentre todas sus fuerzas en las sesiones del Congreso. Aunque parece imposible hoy lograr consenso para aprobar un proyecto destinado a reducir la presión de las retenciones, los dirigentes siguen trabajando en ese ámbito como único objetivo de corto plazo.
El Gobierno ya no volvió a citar a las reuniones de los martes, tal vez como señal de que no tiene más para ofrecer o que no le interesa más dialogar con el campo sin conflictos a la vista.
Una muestra de esta situación es la resolución que complica la importación de soja del Mercosur en un año en que el habrá falta de esa oleaginosa. Con la cosecha del año pasado, la industria aceitera utilizó el 70 por ciento de la capacidad. Este año se esperan 10 millones de toneladas menos de soja y a esto se suman los impedimentos para importarla, una combinación que lleva a una creciente inactividad.
La primera medida para conocer el estado de ánimo del productor y su intención de volver a invertir se verá en la realidad en junio. Además del voto podrá expresarse con la siembra de trigo, un termómetro de la situación financiera del sector en la Pampa Húmeda. A partir del séptimo mes del año se verá si se mantiene esta tregua o vuelve el conflicto.