Una nutrida presencia infantil hace pensar que La Rural se convirtió definitivamente en un paseo obligado para los más pequeños, aunque a su alrededor hombres de corbata cierren negocios (muy) importantes.
En el primer día oficial de las vacaciones de invierno en la Capital y el GBA, el predio de Palermo se llenó de chicos.
Fascinados con las aves, los chanchos, las máquinas y, sobre todo, los caballos, decenas de miles de niños colorearon de inocencia la jornada de ayer.
El mecanismo de atracción infantil de éstas es sencillo: sacate una foto, jugá con nuestros muñecos, y otras ocurrencias sencillas del marketing actual. Y el resultado, positivo: largas filas de niños, como si fuera un shopping, o un parque de diversiones.
Otro de los personajes más atractivos para los más chicos fue el pavo real, en el pabellón de las aves. Concentrado en picotear vaya a saber qué pequeñez por entre la paja, y sin el más mínimo interés en ostentar su fastuoso plumaje, jamás se dio cuenta el pavo de la interminable cantidad de fotos de las que fue protagonista.
Otros niños eligieron poner su rostro en un hueco que los convertía en policías federales.
Y, claro, no faltó el que preguntó por el ya célebre toro Cleto.